divendres, 6 de maig del 2011

El club de los poetas frustrados

La redacción publicitaria es un arte ambiguo, en el sentido que un copy no solo escribe racionalmente sino que también practica una retórica muy concreta que necesita de una carácter emocional, lírico. Ante esta realidad, encontramos que los aspirantes a redactores no quieren ser simples escribas sino que pretenden lo artístico.

Como en aquella película que protagoniza Robin Williams, los futuros redactores quieren ser libres artísticamente hablando y desean romper las normas establecidas para dejar volar su imaginación. En contra de su voluntad, estarían los intereses económicos del cliente que persigue la tradición, el saber hacer de siempre que pretende evitar todo tipo de riesgo. Haciendo la analogía con la película, estos últimos serian los padres y los profesores que intentan doblegar bajo su voluntad a los alumnos para llevarlos por el camino establecido como correcto.

Como consecuencia de todo esto, encontramos que en la profesión de redactor publicitario la frustración artística esta a la orden del día y solo aquellos que demuestren su talento podrán hacer doblegar a los que ponen las condiciones. O por lo contrario, optarán por la vida que siempre quisieron llevar aunque tengan que padecer las dificultades económicas que caracterizan a los artistas por vocación.

En ellos radica la decisión. 

Aquí dejo uno de los geniales escenas de la película:

 

ADRIÀ ANDRÉS

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