dilluns, 9 de maig del 2011

V de voilá, vista, veterano, vodeville, víctima, villano...



V de Vendetta (2006)


¡Voilá! A primera vista un humilde veterano de vodeville en el papel de victima y villano por vicisitudes del destino. Este visage, ya no más velo de vanidad, un vestigio de la vox-populi, ahora desfallecido. Sin embargo esta valerosa visión de una extinta vejación se siente revivida y ha hecho voto de vencer el vil veneno de estas víboras en avanzada, que velan por los violentos viciosos y por la violación de la voluntad. El unico veredicto es venganza, vendetta, como voto y no en vano, pues la valía y veracidad de esta, un día vindicará al vigilante y al victorio. La verdad, esta vichysoisse de verborrea se esta volviendo muy verbosa, así que solo añadiré que es un verdadero placer conocerte, y que puedes llamarme V...


Así se presenta V.


¿Quien eres? Contestamos a esa pregunta sin pensarlo y con facilidad. Pero en realidad forma parte del trío de oro de dudas existenciales de la humanidad: ¿Quienes somos?¿A dónde vamos?¿De dónde venimos?


V sin embargo lo tiene un poco más fácil ya que no se considera una persona. Él es una misión, unos ideales. ¿Y como responde él a esta cuestión? Pues de la única forma que podría hacerlo este culto héroe/villano que vive en el subsuelo rodeado de obras de arte. Con una aliteración. Utiliza su letra, la V de vendetta, y explica su misión con ella. Une nombre y objetivo creando un personaje que, justamente como él quería, va más allá de lo humano. Él deja de ser quien es para convertirse puramente en lo que representa.


Toda esta vichysoisse de verborrea, esta aliteración, que V pronuncia en su primera escena va cobrando más y más sentido durante el transcurso de la película.  Las palabras se van transformando en realidad tal y como parece vaticinar V en otra escena del film.
Las palabras siempre conservarán su poder, las palabras hacen posible que algo cobre significado, y si se escuchan, enuncian la verdad.


Marc Ferrer

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